Thursday, September 28, 2006

6 cuerdas


Pedí una cerveza.
-¿Dos vasos?
-No, sólo uno -le dije al "barman". Estaba solo, para variar.

6 cuerdas le bastaron a Al nonino para humillar a varios. Todas las minitas del boliche comentaban a su alrededor. Y yo, que lo fui a ver, le dije a la chica que estaba a mi lado:

- Ése es mi amigo.
Ella me miró.
- Qué me interesa –pensó ella.

Gracias Al.

P.D.: También tocó el bajo. Me hizo acordar a Aston Barrett, bajista de The Wailers, no por la actitud, sino por la melodía.

Wednesday, September 27, 2006

El cuento del tío

Se me acercó un muchacho. Tenía cara de bueno. Estaba hasta mejor vestido que yo (no es muy difícil). Era más alto que yo (Tampoco es muy difícil). Vino lentamemnte, y con un sollozo de desamparado me dijo:

- Discúlpeme, yo vengo de Colonia. Venía con 500 pesos en el bolsillo y no los tengo más, tenés plata para darme, porque me quiero volver…
- Sí, como no, toma, tengo 2000 pesos, quédatelos.quédatelos. No te preocupes, este mes no pago Ute, total, la electricidad no sirve para nada –pensé, mientras examinaba.

Luego de unos segundos le dije:

-Y por qué no llamás a Colonia y pedís que te compren uno pasaje desde allá, o te manden plata.
- Sí, ya intenté. Pero no me atiende nadie…

Le dije que no tenía nada. Nunca pensé que me iban a querer hacer eso. Por suerte tenemos películas como Nueve Reinas que siempre nos recuerdan cómo cuidarnos…

Foto: Un tío, Emilio Aragón. Todos me lo niegan, pero para mí tiene un aire a Josean (Foto: fotolog.com/macgyvers).

Friday, September 22, 2006

1 Mensaje Nuevo

Cómo es posible que el filtro de la televisión uruguaya, una tele seria, responsable y comprometida con productos de calidad como Hola Gente o La Penca de Teresita Minetti deje pasar esto. Mis noches no son las mismas. La tele no es la misma. Porque ahora en el aire hay un programa llamado Desvelados. Y vaya si es acertado ese nombre, que describe el estado en que se encontraba su creador al tirar la idea. Sí, estaba sin dormir, no dormía hace mucho tiempo (o sea, dije lo mismo, omitan la primera o segunda frase, perdonen, me vendría bien dormir un rato).

La idea es simple y macabra. Dos flacos: una petisa chango y uno con cara de salame (los dos, que seguramente, arruinaron su carrera en el mundo de la comunicación) leyendo mensajes de textos y planteando preguntas estúpidas como ¿Cómo se llama el presidente de Uruguay? ¿Cuántas ruedas tiene un auto? ¿Cuál es el nombre de la principal avenida de nuestra capital?

- ¡Es oro, esta idea es oro! –dijo uno de los productores mientras manoteaba el buzo para irse raudo y veloz para irse a dormir a su casa.
- Sí, vamos a ser ricos…

Bueno. A este cúmulo de boludeces sumémosle la escenografía. Una pantalla azul (recurso técnico) que proyecta un fondo de dibujo animado. Sí, sin dudas un fondo que fomenta los ataques de epilepsia y las convulsiones al mejor estilo de dibujito japonés que hace babear a los impúberes.

Si no lo vieron, si nunca pusieron canal diez a la 1:00, o por ahí, no se pierden absolutamente de nada. Es más, les hice un favor, para no sufrir un derrame cerebral masivo, aléjense de la tele durante esa fracción de tiempo.

De nada pibe…

Wednesday, September 20, 2006

Sudando


Sudando – Un título que nunca podría poner en una clase de Josean.
Maldito calentamiento global. 15 de setiembre y ya empecé a sudar. Que sensación más espantosa. Hace una semana estaba abrigado hasta las patas y de repente y sin avisar (no se puede esperar nada de los meteorólogos) volvió el calor. Y después piden que no me enferme, con estos cambios de climas, no hay cristiano que aguante.

Volvió el calor. Vuelven las minitas con ropa más ligerita y musculosas. Vuelven las minas a depilarse esa zona oculta por el invierno. Vuelven los trajes de baño. Vuelven los bronceados. Gloria.

Foto: Bob Marley, la música que hay que escuchar cuando vuelve el calor.

Thursday, September 14, 2006

Reglamento de Riña de Gallos (1)

Boleo: Las peleas se bolearán, o sea que se revolearán a los gallos por el aire, no sé para qué. El boleo será efectuado por el juez de inscripción y siempre en presencia del público. Se le asignará un número y se le dará un peto de distinto color a cada gallo.

Limpieza de los gallos: Cada gallo debe llevar su propio jabón. El juez de inscripción o el técnico de limpieza procederá a inspeccionar y limpiar todos los gallos casados, los solteros nos serán revisados.

Descase de peleas: Ninguna persona tendrá derecho al descase (o divorcio) de su gallo hasta tanto hayan pasado 4 horas del inicio de la jugada, o hasta las 7:00 p.m., lo que ocurra primero.

Continuará... (intento de secuela para captar lectores)

Sunday, September 10, 2006

Ecuación (2)


Humor sutil. A mi amigo Al Nonino se le ocurría una con Moria. Bien. Acá va la mía. Intentando cumplir sus deseos.

Siempre tuve dudas. Pero por ahora la ecuación es válida. Todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Todos escondemos algo..., hasta Moria.

Me puse guarro. Disculpen.

Saturday, September 9, 2006

Cuestión de futuro

- ¿Qué pasa acá?
- Papá, papá, te juro que no hacíamos nada – dijo ella.
- Sí pap… Digo, Señor Etchamendi. Piense que el mimoseo acá era sólo algo previo…-dijo él.
-¡Ah!, ¿pensaban ir más lejos?
- No –dijo él- Acá mismo nomás, usted sabe que en mi casa esta mi abuela, y no la podemos despertar, a parte el 300 ya no pasa a esta ahora, así que nos quedamos acá.
- Pero, me está tomando el pelo joven. Dígame, ¿de qué trabaja? Porque me imagino que usted tiene un futuro sólido para ella (nada de chiste con lo de sólido).
-¡Qué tengo que ser empelado público para manosearme a su hija!

- Mirá tuerto, esto es lo que vos nunca vas a tener...

Friday, September 8, 2006

Y la valija, no estaba

Ya es la segunda vez que pasa esto. Mi madre volvió de su congreso en Alemania “y la valija no estaba". Estuvo media hora esperándola, como quien espera que la minita que le gusta le diga por lo menos hola (brillante analogía). Otra media hora para hacer la denuncia. Y recién apareció por esa especie de pasarela que es la salida del Aeropuerto de carrasco.

Pero nadie se preocupó por mi, que me comí una hora y media parado como un gil –me olvidé, estuvo media hora en el free shop- acompañado de los caballerosos maleteros, que no hacían más que decir piropos de camioneros a todo espécimen del sexo opuesto que pasaba por al pasarela de recién llegados.

Mi regalo, por supuesto, se quedó en la valija.

Wednesday, September 6, 2006

Lágrimas de cocodrilo

Con la muerte del gil este de los cocodrilos que repentinamente es el tipo más conocido del mundo (occidental), me vino a la mente la muerte de otros personajes que con el fin de ganar un peso más, sufrirían el mismo destino:

- Jorge “Toto” Da Silveira: Moriría partido al medio por un portón PPA.




- Barney: Luego de abusar a uno de sus fieles y pequeño televidente, Barney moriría de sida.


- Ronlad McDonald: Moriría de colesterol por comer muchas “cuarto de libra con queso”.



- Jorge Hané (gurú internacional de la pérdida del peso): Al intentar consumir una de sus famosas píldoras, una de estas se le atragantaría la garganta y moriría al instante.



- Los pitufos: Morirían de sobredosis de pasta base.

Sunday, September 3, 2006

Ecuación (1)

Supo hacer temblar canchas cuando las pisaba…, y en el estado en que está en la foto hizo temblar espetos corridos.

Es la imagen de la decadencia pura. Una especie de Java de Hutt con habilidades futbolísticas. Una especie de babosa gigante. Como si le hubieran puesto un pucho a un sapo y estuviera a punto de explotar.

Sin embargo, sigue siendo referencia indiscutida de todos los argentinos. ¿Cuántas tortas fritas se pudieron hacer con lo que sobró de la operación?

Saturday, September 2, 2006

Afuera, la lluvia

Lo único que me molesta de los días de lluvia es cuando salgo a caminar y piso una baldosa floja.

Como Montevideo todas las veredas tiene el mismo y aburrido diseño de baldosa (varía muy poco, en especial, en el estilo de canaleta), es inevitable no transitar una vereda sin que haya baldosas.

También es imposible no encontrarse con una baldosa floja. Apenas uno las pisa, se acciona un mecanismo, como si estuviéramos apretando un botón de “power”, y una cantidad exacta de agua salta inmediatamente y termina en la parte más indefensa del calzado, en “el techito”.

Es imposible no encontrarse con un sorete de perro también, pero de eso hablaremos luego.

Foto: Yo pisando una baldosa, exponiendome al riesgo puro sólo para lograr una toma para el blog. Al costado la pata de mi perro, que parece querer pisar la baldosa también.

Buenos Vecinos

Se acuerdan de Buenos Vecinos. Ese culebrón barato con Moria Casán y Hugo Arana. ¿Moria Casán y Hugo Arana? No pega ni con “posipol”. Pero no importaba, porque era la primera “novela” de Tinelli y sólo por eso tuvo éxito. Era lo mismo que Los Roldan, pero sin el trava de Flor de la V (si no contamos a Moria, claro).

Lo cierto es que siempre tuve envidia de esa relación cordial entre vecinos que se dan en la ficción. Son todos amigos, todos se prestan todo, ta todo bien. Como en Costumbres Argentinas, otro culebrón de Tinelli, que cuando alguien perdía el laburo se iba a trabajar al café de Carlín, total, somos todos vecinos, ta todo bien.

El tema es que yo no tuve ni tengo esa relación con mis vecinos. ¿Por qué? Ni idea. Como vivo en un edificio, encontrarme con un vecino forma parte de la rutina diaria. Los conozco a todos, pero nunca llegué a decir más que un “hola”.

Creo que lo que hace más difícil la relación con mis vecinos es el hecho de que ellos pueden escuchar como me comporto en mi casa. Por ejemplo, cuando me baño, y como todos, canto canciones como un desaforado; no me quiero encontrar con alguien no conozco y que ya me escuchó cantando El alma en dos de Trotsky Vengaran en la ducha. No está bien, no es normal, y por sobre todo, me da mucha vergüenza.

Es por eso que se crean situaciones del día a día que nos ponen –al vecino y a mí- en una posición incómoda. Por ejemplo, la ya clásica situación del ascensor. Siempre que me toca compartir el ascensor con algún vecino pasa lo mismo. Situación:

El vecino se sube al ascensor conmigo.

- Hola –me dice.

- Hola –le respondo.

Pasan segundos en donde el silencio se corta con un cuchillo (tensión). Empiezo a mirar al techo, como si fuera la Capilla Sixtina. De pronto, y sin que pueda hacer nada, el vecino saca un tema más que trillado y gastado en los ascensores del mundo.

- Qué tiempo loco che –dice el vecino, tratando de demostrar que era un ser sociable.

- Si, ¿no? No se aguanta –respondo yo, para no quedarme debajo de su escalafón social.

Es que mucha cosa más no se puede decir. Qué quieren que le diga: “Como me barreno a la del segundo” “Che, ¿viste a Gilberto Vázquez?” “Que flagelo la pasta base”. No hay mucho que decir.

Continué mirando el techo, hasta que llegamos al piso del vecino.

- Ta luego, chau –dijo él.

- Chau, nos vemos.

“Chau, nos vemos” ¡Qué mentira! No queremos que vuelva a pasar eso. No queremos ponernos en esa situación incómoda de nuevo.

Pienso que de una vez por todas debemos cambiar esa situación. Por un solo segundo, y ahora me dirijo a todos los que sufren esta situación, deberíamos ser sinceros, honestos con nuestro vecino. Hay que decir la verdad. Nada de “Chau, nos vemos”. Tendría que ser “Bueno, espero que esto no vuelva a pasar, perdón” o ser aún más sinceros y decir “Discúlpame, la próxima vez, uso la escalera”